18/04/2025

El polvo de los frenos de los coches es más tóxico que los gases de escape, según un estudio

Un reciente estudio realizado por la Universidad de Southampton ha revelado que las partículas de polvo generadas por los sistemas de frenado de los vehículos pueden ser más perjudiciales para las células pulmonares que los gases de escape de los automóviles diésel y gasolina. Estas partículas, que contienen cobre y otros metales pesados presentes en muchas pastillas de freno, se liberan al aire y son inhaladas por las personas, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias como asma, fibrosis pulmonar e incluso ciertos tipos de cáncer de pulmón.

El estudio ha demostrado que las partículas de freno pueden provocar una respuesta inflamatoria más agresiva en los pulmones que los contaminantes tradicionales del tráfico. A diferencia de los gases de escape, cuya regulación ha ido en aumento en los últimos años, el impacto del polvo de frenos no ha recibido la misma atención, a pesar de que representa una fuente significativa de contaminación del aire en zonas urbanas.

Este problema no se limita únicamente a los vehículos con motor de combustión interna. Los coches eléctricos, debido a su mayor peso, también contribuyen significativamente a la emisión de estas partículas. Aunque algunos modelos eléctricos incorporan sistemas de frenado regenerativo, que ayudan a reducir el desgaste de los frenos al aprovechar la energía para recargar la batería, la fricción sigue siendo necesaria en muchas situaciones, lo que no elimina completamente la generación de polvo de frenos.

La creciente preocupación por este tipo de emisiones ha llevado a que la normativa Euro 7, prevista para entrar en vigor en 2026, establezca por primera vez límites específicos a las emisiones de polvo de frenos. Esta medida busca incentivar el desarrollo de materiales menos contaminantes y sistemas de filtrado más eficientes en los vehículos, con el objetivo de reducir el impacto negativo en la salud pública.

Además de las normativas regulatorias, algunas empresas han comenzado a desarrollar nuevas tecnologías para reducir la contaminación causada por los frenos. Entre ellas, destacan sistemas de filtrado avanzados que capturan las partículas en el momento en que se generan, así como nuevas formulaciones de pastillas de freno que minimizan el uso de metales pesados como el cobre.

El impacto del polvo de frenos en la calidad del aire es un problema que hasta ahora ha pasado desapercibido, pero que podría convertirse en un nuevo desafío ambiental en los próximos años. La regulación y la innovación en la industria automotriz serán clave para mitigar estos efectos y garantizar que la transición hacia un transporte más limpio no se vea afectada por nuevas fuentes de contaminación no reguladas.