El Gran Premio de Australia 2025 marcó un momento histórico en la Fórmula 1: Lewis Hamilton, tras 12 años y seis títulos mundiales con Mercedes, debutó oficialmente como piloto de Ferrari. Esta transición no pasó desapercibida para Toto Wolff, director del equipo Mercedes, quien confesó haber seguido atentamente el desempeño de su antiguo piloto durante la carrera.
Wolff describió la experiencia como si aún tuviera a Hamilton bajo su supervisión: “Cuando miraba las pantallas a veces, era como si tuviéramos tres pilotos, porque miraba a RUS (George Russell), miraba a ANT (Andrea Kimi Antonelli) y miraba a HAM (Lewis Hamilton), y te das cuenta de que HAM está con Ferrari y ya no está con nosotros”. Estas declaraciones reflejan la profunda conexión y el tiempo compartido entre Hamilton y Mercedes, haciendo que su cambio de equipo sea aún más significativo.
A pesar de la nueva competencia que representa Hamilton en Ferrari, Wolff expresó que el equipo Mercedes sigue teniendo un interés genuino en su desempeño: “No se puede decir que se ha ido y ya no te importa, nos importa mucho cómo lo está haciendo, pero en la pista es la competencia y tenemos que vencerle”. Esta dualidad entre la rivalidad deportiva y la relación personal destaca la complejidad de las dinámicas en la Fórmula 1.
En cuanto al rendimiento de Mercedes en el Gran Premio de Australia, el equipo mostró un inicio sólido. George Russell logró subir al podio con un tercer lugar, mientras que el debutante Andrea Kimi Antonelli impresionó al finalizar en cuarta posición. Estos resultados son alentadores para Mercedes, que busca recuperar su posición dominante en el campeonato.
Por otro lado, Hamilton enfrentó desafíos en su primera carrera con Ferrari, terminando en la décima posición. Este resultado subraya las dificultades inherentes a adaptarse a un nuevo equipo y monoplaza, incluso para un piloto de su calibre.
La temporada 2025 se perfila como una de las más emocionantes de los últimos años, con cambios significativos en las alineaciones de los equipos y una competencia más reñida. La atención estará puesta no solo en el desempeño de los pilotos en sus nuevos equipos, sino también en cómo las escuderías gestionan estas transiciones y mantienen su competitividad en la pista.
La relación entre Wolff y Hamilton, forjada a lo largo de más de una década de éxitos compartidos, añade una capa adicional de interés a esta narrativa. Mientras ambos navegan por sus nuevas realidades en lados opuestos de la competencia, su historia conjunta sigue siendo un punto de referencia en la Fórmula 1 moderna.
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