Como cada año en la previa del Gran Premio de Mónaco, el icónico estadio Louis II se convirtió en el escenario de un evento que une deporte, espectáculo y solidaridad: el tradicional partido de fútbol benéfico que reúne a pilotos de Fórmula 1 y celebridades. En esta edición 2025, Carlos Sainz fue uno de los protagonistas indiscutibles de la jornada con una asistencia que recordó al mejor David Beckham, deleitando a los presentes y demostrando que su talento va más allá del volante.
Durante una falta lateral ejecutada desde el costado derecho del área, el piloto español sorprendió a todos con un centro milimétrico cargado de efecto, que fue rematado de cabeza por Norman Nato para convertir uno de los goles más aplaudidos del partido. La jugada fue descrita por los medios como un envío “con aroma blanco”, al más puro estilo Vinicius, pero con la precisión y templanza de los grandes del pasado.
Aunque Sainz no logró anotar en esta ocasión, su despliegue en el campo fue notable. Se mostró activo, participativo y técnicamente fino, generando peligro constante y destacando como uno de los mejores sobre el césped. Su actuación fue celebrada por los asistentes al estadio, que reconocieron su compromiso tanto con el juego como con la causa solidaria del evento.
Otros nombres del paddock también dejaron su huella en el encuentro. Pierre Gasly, por ejemplo, firmó una gran actuación al aportar una asistencia desde el córner, marcar un gol de penalti y realizar un regate que recordó a la destreza del joven Lamine Yamal. No obstante, su gol desde los once pasos estuvo envuelto en polémica, ya que la falta que lo provocó fue cuestionada por parte del público.
El partido culminó con un marcador de 6-4 a favor del equipo rival. Entre los participantes también estuvo Isack Hadjar, quien tuvo una presencia más discreta, mientras que Charles Leclerc, favorito local y anfitrión de la velada, optó por no jugar activamente y mantenerse en la banda saludando a los asistentes y apoyando el espectáculo.
Más allá del entretenimiento, el evento cumplió un objetivo esencial: recaudar fondos para dos importantes iniciativas. Por un lado, la fundación Philippe Bianchi —creada en honor al piloto Jules Bianchi— que apoya al hospital L’Archet de Niza, y por otro, Be Safe Monaco, una organización que lucha contra los efectos del consumo de alcohol al volante. Ambas causas reflejan el compromiso de la comunidad de Fórmula 1 con temas de salud y seguridad vial, en honor a quienes marcaron el deporte y a quienes aún pueden beneficiarse de su legado.
Carlos Sainz volvió a demostrar que su carisma y talento traspasan los límites del circuito. Con una asistencia digna de los mejores mediocampistas del fútbol, reafirmó su conexión con los aficionados y con las causas que trascienden la velocidad. En Mónaco, incluso sin motor, el piloto español volvió a dejar su marca.
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