05/06/2025

Carlos Sainz y Tadej Pogačar: un entrenamiento de alto calibre en las calles de Mónaco

La ciudad de Mónaco no solo es conocida por su glamour y su emblemático Gran Premio de Fórmula 1, sino también por ser un punto de encuentro para grandes figuras del deporte mundial. En esta ocasión, dos titanes de disciplinas distintas compartieron una intensa jornada de entrenamiento: Carlos Sainz, piloto de Fórmula 1, y Tadej Pogačar, ciclista esloveno y actual figura dominante del ciclismo internacional.

La escena fue tan inusual como estimulante. Sainz y Pogačar se encontraron en las serpenteantes carreteras de la Riviera monegasca para una sesión conjunta de ciclismo. Lo que comenzó como un paseo aparentemente amistoso, terminó convirtiéndose en una de las experiencias más demandantes para el piloto madrileño. Y es que, aunque para el esloveno se trataba de una jornada de recuperación activa, el ritmo que impuso fue todo menos ligero. Sainz no dudó en calificar la experiencia como “la etapa más dura de mi vida”, reflejando con humor —y algo de agotamiento— lo exigente del entrenamiento.

Carlos Sainz se encuentra actualmente compitiendo con la escudería Williams, equipo al que se unió después de su paso por Ferrari. En esta nueva etapa de su carrera, ha comenzado a encontrar un ritmo prometedor, con actuaciones consistentes que lo mantienen en la lucha por los puntos. Viene de sumar posiciones valiosas en Miami e Imola, donde finalizó noveno y octavo respectivamente, en un auto que ha requerido adaptación y paciencia. Ahora, con la carrera de Mónaco a la vuelta de la esquina, Sainz busca capitalizar su familiaridad con las calles del Principado para sumar otro resultado positivo.



Tadej Pogačar, por su parte, ha tenido un arranque de temporada espectacular en 2025. El esloveno ha dominado varias de las carreras más prestigiosas del ciclismo mundial: Strade Bianche, Tour de Flandes, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja. Su calendario lo ha llevado a un periodo de preparación previo al Critérium du Dauphiné y, más adelante, al siempre esperado Tour de Francia. Este periodo de descanso activo le permitió coincidir con Sainz, y lo hizo, fiel a su estilo, con intensidad y entrega, incluso en un entrenamiento “ligero”.

El cruce de caminos entre ambos deportistas es más que una simple anécdota. Refleja el respeto mutuo entre disciplinas, así como la admiración que los grandes atletas sienten por aquellos que, en otras áreas, también llevan al límite su cuerpo, su mente y su disciplina. Para Sainz, pedalear al lado de Pogačar no solo fue un desafío físico, sino también una fuente de inspiración. Y para el ciclista, compartir tiempo con un piloto de Fórmula 1 reafirma la importancia de rodearse de figuras que, como él, viven al máximo la exigencia del alto rendimiento.

Este tipo de encuentros dejan entrever que, más allá de las diferencias entre un circuito de Fórmula 1 y una subida empinada en bicicleta, el esfuerzo, la constancia y la pasión son los verdaderos puntos de conexión entre los mejores del mundo. En Mónaco, bajo el sol del Mediterráneo, Carlos Sainz y Tadej Pogačar escribieron un pequeño capítulo de camaradería y esfuerzo compartido que, sin duda, quedará en la memoria de ambos como un día inolvidable sobre ruedas.