Renault, una de las automotrices más icónicas de Europa, se encuentra en conversaciones con el Ministerio de Defensa de Francia para colaborar en un proyecto de fabricación de drones militares en territorio ucraniano. La propuesta, aún en fase de estudio, representaría un cambio radical en la historia contemporánea del grupo francés, alejándose momentáneamente de su enfoque civil —encabezado por modelos eléctricos como el Renault 5 E-Tech— para participar directamente en una estrategia militar internacional.
La solicitud del gobierno francés contempla que Renault actúe como socio industrial en la producción de drones de combate y reconocimiento que serían ensamblados en Ucrania, con apoyo de una pequeña empresa francesa especializada en este tipo de tecnología. Los drones, una pieza clave en la guerra moderna, serían utilizados tanto por las Fuerzas Armadas ucranianas como por el ejército francés, lo que abriría un frente de colaboración industrial-militar sin precedentes.
El plan prevé que las instalaciones se ubiquen a una distancia segura del frente de batalla, y que la mano de obra ucraniana participe activamente en el ensamblaje y puesta en marcha de los equipos. Esta iniciativa también permitiría a las Fuerzas Armadas de Francia entrenar en condiciones reales de conflicto, al mismo tiempo que fortalece el apoyo logístico y simbólico a Ucrania en su defensa contra la invasión rusa.
De concretarse, este proyecto marcaría el retorno de Renault a la industria militar por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, cuando produjo tanques ligeros como el Renault R35. Más allá del simbolismo, también revela un nuevo rumbo en la política industrial europea, en donde empresas civiles son llamadas a reforzar capacidades estratégicas ante un entorno geopolítico cada vez más inestable.
Desde Renault, se ha confirmado que las conversaciones están activas, aunque aún no hay una decisión final. La compañía espera una descripción detallada del alcance y responsabilidades del proyecto por parte del gobierno francés antes de comprometerse oficialmente.
Este movimiento, impulsado por el ministro de Defensa francés Sébastien Lecornu, se enmarca en una estrategia más amplia para reducir la dependencia europea de suministros externos en temas de seguridad, sobre todo ante la disminución del apoyo directo de Estados Unidos a Ucrania. La medida no solo busca aumentar la producción de drones en el continente, sino también posicionar a Francia y a su industria como pilares de la defensa europea.
La transformación de Renault —de fabricante de vehículos eléctricos urbanos a posible ensamblador de drones militares— refleja el momento de transición que vive Europa: la del cruce entre innovación tecnológica, soberanía industrial y seguridad nacional. Un paso que, de concretarse, marcará profundamente la historia moderna de la marca y su papel más allá del sector automotriz.
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