El conglomerado automotriz Stellantis ha iniciado una profunda reestructuración para sus dos marcas italianas más emblemáticas: Maserati y Alfa Romeo. Esta nueva etapa estratégica estará encabezada por el nuevo CEO global, Antonio Filosa, quien asumirá oficialmente el cargo el 23 de junio de 2025. Bajo su dirección, se delineará una hoja de ruta destinada a rescatar la competitividad, identidad y rentabilidad de ambas firmas, que actualmente atraviesan una etapa de bajo rendimiento comercial y desafíos estructurales.
La operación está siendo coordinada por Santo Ficili, CEO de Maserati y Alfa Romeo, quien confirmó que ya se están elaborando planes integrales que incluyen ajustes profundos en las líneas de productos, redes de distribución, servicios postventa y estrategias de marketing. La expectativa es tener las nuevas directrices listas apenas Filosa se incorpore oficialmente.
El contexto no es sencillo. Alfa Romeo y Maserati enfrentan problemas compartidos: sus volúmenes de venta son inferiores a lo proyectado, varios modelos se han quedado sin renovación y existen obstáculos arancelarios en mercados clave como Estados Unidos, donde Maserati obtiene el 30% de sus ventas y Alfa Romeo el 15%. Además, ambos fabricantes operan con una estructura de costos que resulta poco competitiva frente a rivales premium alemanes y japoneses.
Como parte del nuevo enfoque, Stellantis ha contratado a la consultora McKinsey para colaborar en el diseño de una estrategia que permita revertir esta situación. La consultora aportará su experiencia en racionalización de costos, reposicionamiento de marca y optimización de redes comerciales y técnicas.

El primer hito tangible será el lanzamiento de la nueva generación del Alfa Romeo Stelvio el 10 de junio, un SUV que buscará revitalizar la imagen de la marca tras el rendimiento discreto de la versión original lanzada en 2016. El nuevo modelo deberá enfrentarse a una competencia feroz en el segmento de los SUV premium, por lo que su diseño, desempeño y conectividad jugarán un papel crucial en su éxito.
En paralelo, Maserati atraviesa un proceso de evaluación total de su plan de productos y operaciones. Ficili ha sido claro al descartar cualquier especulación sobre la venta de la marca y aseguró que todo el diseño, desarrollo e ingeniería continuará llevándose a cabo en Italia. El objetivo no es otro que reposicionar a Maserati como una marca de lujo tecnológica y auténticamente italiana, con un enfoque en optimizar su portafolio, los canales de comercialización y el costo de operación.
Este movimiento también se alinea con el “Piano Italia”, un proyecto impulsado por el gobierno italiano y Stellantis para reforzar la producción automotriz dentro del país. En este sentido, se espera que Módena —sede histórica de Maserati— se consolide como un punto neurálgico para el desarrollo industrial de la marca en los próximos años.
Con la llegada de Filosa, el apoyo técnico de McKinsey y el respaldo institucional del gobierno italiano, Maserati y Alfa Romeo inician un proceso de transformación que podría devolverles el protagonismo global que alguna vez tuvieron. Se trata de una apuesta ambiciosa para recuperar el prestigio perdido, pero también de una señal clara de que Stellantis no está dispuesta a dejar en el olvido a sus marcas más legendarias.
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