Nissan anunció que reducirá su participación en Renault del 15 % al 10 %, una decisión que representa un paso estratégico para liberar capital y acelerar el desarrollo de su próxima generación de vehículos. Esta operación permitirá a la marca japonesa obtener aproximadamente 100,000 millones de yenes —alrededor de 640 millones de dólares— que serán destinados directamente al diseño, tecnología y producción de nuevos modelos.
Aunque se trata de un recorte significativo, Nissan confirmó que la alianza con Renault no se disolverá. Ambas compañías mantendrán su colaboración en proyectos tecnológicos y conservarán acuerdos clave como el derecho de tanteo sobre futuras operaciones accionarias. El objetivo no es romper vínculos, sino reconfigurarlos para permitir mayor flexibilidad y autonomía en sus decisiones estratégicas.
Esta decisión llega en medio de una profunda reestructuración dentro de Nissan. La compañía arrastra pérdidas importantes desde el año fiscal 2024 y ha puesto en marcha un plan de recuperación que incluye el cierre de siete plantas, la reducción de unos 20,000 empleos a nivel global y la simplificación de su catálogo de plataformas y componentes. La venta parcial de su participación en Renault es parte de ese plan para liberar liquidez y enfocarse en su núcleo productivo.

Por su parte, Renault también ha disminuido su participación en Nissan en los últimos años, consolidando un proceso de ajuste mutuo en el que ambas firmas buscan recuperar equilibrio y operatividad sin cortar lazos. El resultado es una alianza más ligera, pero aún funcional, enfocada en colaboración tecnológica más que en control accionario.
En el caso de México, este movimiento representa una oportunidad para Nissan. Con recursos disponibles, la marca podría acelerar el desarrollo de nuevos modelos dirigidos al mercado local, incluyendo pickups, SUV y vehículos eléctricos producidos en sus plantas nacionales. Además, la mayor autonomía permitirá decisiones más ágiles para atender demandas específicas del consumidor mexicano.
En síntesis, Nissan redefine su relación con Renault para concentrarse en su propio crecimiento. La estrategia busca fortalecer su línea de productos, modernizar su operación global y recuperar rentabilidad, todo sin perder el respaldo de una alianza histórica que se adapta a los nuevos tiempos.
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