Ferrari ha decidido aplazar el lanzamiento de su segundo modelo totalmente eléctrico, una jugada que revela una realidad ineludible en el mundo de los superdeportivos: sus clientes aún prefieren la emoción visceral del motor de combustión. Aunque inicialmente este modelo estaba previsto para 2026, ahora se estima que no llegará antes de 2028, un retraso estratégico que busca responder con inteligencia al comportamiento real del mercado.
La marca italiana sigue adelante con su primer eléctrico, que será presentado este otoño y comenzará a entregarse en octubre de 2026. Sin embargo, esta primera incursión será limitada y simbólica, diseñada más como un ejercicio de estilo que como un cambio de paradigma. El modelo contará con la visión estética del exdiseñador de Apple, Jony Ive, y funcionará como carta de presentación tecnológica. Pero para Ferrari, la verdadera batalla será convencer a sus apasionados clientes de adoptar un superauto sin el sonido brutal de un V12.
El retraso del segundo modelo, que estaba pensado para una producción de entre 1,000 y 1,200 unidades anuales, refleja una preocupación legítima: la electrificación puede ir en contra del ADN emocional de la marca. Modelos recientes como el Purosangue han demostrado que los compradores siguen demandando experiencias sensoriales intensas, ruidos mecánicos auténticos y una conducción que electrifique, sí, pero desde la combustión.

Ferrari aprovechará este margen de tiempo para mejorar sus tecnologías clave. Está en desarrollo un sofisticado sistema de refrigeración para baterías de alto rendimiento y un “sonido artificial” que simule con precisión el rugido icónico de sus motores tradicionales. La marca no quiere simplemente enchufarse al futuro; quiere dominarlo sin renunciar a su identidad.
Este paso atrás en el calendario de electrificación no es un caso aislado. Otros fabricantes de lujo como Lamborghini, Maserati y Porsche también han reevaluado sus estrategias eléctricas. La transición energética sigue siendo inevitable, pero en el universo de los autos de alto rendimiento, aún se camina con cautela.
Ferrari planea presentar una nueva hoja de ruta estratégica en octubre de 2025. Mientras tanto, el mensaje es claro: la electricidad puede ser el futuro, pero el alma de Maranello sigue ligada al rugido del motor. Y sus clientes, por ahora, también.
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