Oscar Piastri salió de Montreal con la sensación de que McLaren se quedó a medias en su desempeño. Aunque el australiano logró un sólido cuarto lugar en el Gran Premio de Canadá, fue claro al afirmar que el equipo necesitaba al menos “100 vueltas más” para desplegar todo su potencial y aspirar a mejores resultados. Para Piastri, el ritmo del auto era prometedor, pero la carrera no les dio el tiempo suficiente para exprimirlo completamente.
Clasificando en tercera posición, McLaren parecía estar en condiciones de luchar por el podio. Sin embargo, en carrera no lograron capitalizar esa ventaja inicial. El coche no mostró la consistencia necesaria, sobre todo en tramos de media velocidad donde normalmente destacan. La adaptación de la suspensión y la configuración elegida comprometieron la estabilidad, y esto se tradujo en una pérdida progresiva de rendimiento respecto a sus rivales directos.
Durante la competencia, Piastri mantuvo una batalla intensa por los primeros lugares. En la primera curva perdió terreno ante Antonelli, y más adelante tuvo un momento tenso cuando, en los últimos compases de la carrera, protagonizó un toque con su compañero de equipo, Lando Norris. Aunque el contacto no fue decisivo para su resultado, sí generó preocupación interna, ya que Norris terminaría estrellándose contra el muro y abandonando la carrera.
El jefe de equipo, Andrea Stella, respaldó la lectura del piloto. Reconoció que la calificación fue positiva, pero que la falta de ritmo sostenido en carrera se debió a que el trazado canadiense no favoreció las virtudes del MCL39. La ausencia de curvas de velocidad media impidió que el monoplaza sacara ventaja del cuidado térmico de los neumáticos, una de sus fortalezas clave.
A pesar de los desafíos, el cuarto lugar sumó 12 puntos importantes para Piastri, quien mantiene una ventaja de 22 unidades sobre Norris en el campeonato interno del equipo. Sin embargo, el piloto no se mostró conforme. Su evaluación fue crítica y constructiva: entiende que tienen ritmo, pero que es necesario mejorar la puesta a punto y la gestión de carrera para convertir buenos sábados en domingos más sólidos.
El balance general es claro: McLaren tiene velocidad, pero necesita ajustar su enfoque para obtener resultados consistentes en todos los trazados. La carrera en Canadá sirvió como recordatorio de que el rendimiento en la Fórmula 1 no solo depende del coche, sino de cómo se adapta a cada circuito, y de la capacidad del equipo para reaccionar estratégicamente a las condiciones cambiantes. Piastri lo tiene claro, y su ambición apunta alto.
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