BMW ha dado un paso crucial en su estrategia hacia la sostenibilidad al anunciar que sustituirá progresivamente la fibra de carbono en varios de sus modelos por fibras naturales como lino, cáñamo y kenaf. Esta transición responde tanto a compromisos medioambientales como a necesidades funcionales: los nuevos materiales, desarrollados en colaboración con la firma suiza Bcomp, ofrecen un peso más ligero, menor impacto ambiental y mantienen la rigidez estructural que exige la marca bávara.
Desde hace más de una década, BMW ha estado investigando cómo aplicar estas fibras en sus autos, comenzando por el automovilismo deportivo. Las tecnologías ampliTex™ y powerRibs™ ya han sido utilizadas con éxito en vehículos como el M4 GT4 y autos de Fórmula E. Estas piezas fueron sometidas a condiciones extremas, validando no solo su durabilidad, sino también sus ventajas en cuanto a resistencia y reducción de peso.
El salto ahora es hacia los modelos de producción en serie, especialmente los de alto desempeño de la división M. Elementos como techos, difusores, paneles interiores y posiblemente cofres serán construidos utilizando estas fibras vegetales. Además de ser más ligeros —hasta un 50 % respecto a materiales convencionales—, estos compuestos ofrecen una estética natural única, visible en el acabado final, lo que aporta una nueva identidad visual a los vehículos de BMW.
Una de las grandes ventajas de estos materiales es su baja huella de carbono. BMW calcula que en piezas como el techo, se puede lograr una reducción de hasta un 40 % en emisiones de CO₂ durante la fabricación. Además, permiten eliminar hasta un 70 % de los plásticos usados en interiores, y su reciclabilidad es muy superior a la de los materiales tradicionales.

La tecnología powerRibs™ se basa en imitar las estructuras reforzadas de la naturaleza, como las nervaduras de hojas, para dar rigidez sin necesidad de aumentar el espesor del material. Por su parte, ampliTex™ se utiliza como capa visible y estructural, ofreciendo texturas estéticas sin sacrificar rendimiento.
Más allá de las motivaciones técnicas, BMW también se anticipa a un posible endurecimiento de las regulaciones europeas sobre materiales plásticos y microplásticos. Aunque una propuesta para prohibir el uso de fibra de carbono fue desestimada, el mensaje es claro: la industria debe volverse más limpia y responsable.
La decisión también se alinea con la estrategia de inversión de BMW i Ventures, el brazo de capital de riesgo del grupo, que ha financiado directamente a Bcomp. Esto refleja una visión a largo plazo en la que la movilidad sustentable no depende solo del tipo de motorización, sino también de los materiales que componen cada vehículo.
BMW no está abandonando la ingeniería de alto desempeño. Al contrario, está mostrando que es posible combinar deportividad, innovación y responsabilidad ambiental. La era de los materiales naturales en la industria automotriz ha comenzado, y la firma alemana quiere liderarla con decisión y elegancia.
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