La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC) revela un notable crecimiento de la Inversión Extranjera Directa (IED) de empresas chinas en el sector automotriz de México, aprovechando las ventajas del T-MEC y las nuevas reglas de origen.
Durante 2019–2023, China ejecutó 32 proyectos greenfield en México, posicionándolo en cuarto lugar mundial en inversión automotriz directa, con 11 nuevos proyectos en 2023 solamente. Gracias a este dinamismo, la participación china en la IED automotriz global pasó del 5.1 % (2013–17) al 10.5 % (2018–22).
Gran parte de esta inversión —más de 7 000 millones de dólares durante 2022–23— ha sido destinada a la producción de vehículos y autopartes, buscando exportarlos a Estados Unidos. En ese rubro, se estima que aproximadamente el 35 % corresponde a vehículos eléctricos. La estrategia clave: utilizar contenido chino producido en suelo mexicano para sortear los aranceles entre China y EE. UU., mientras se aprovechan los beneficios del T-MEC.
Este fenómeno se refleja en los flujos comerciales: las importaciones mexicanas de autopartes desde China aumentaron de 11 400 MUSD en 2019 a 13 200 MUSD en 2024. Al mismo tiempo, las exportaciones de vehículos y autopartes de México hacia EE. UU. crecieron de 99 000 MUSD a 183 000 MUSD.
Varios factores explican por qué México es atractivo para estas inversiones:
- Mano de obra más barata (4.82 USD/hora versus 6.50 en China).
- Proximidad geográfica con Estados Unidos y acceso a infraestructura logística eficiente.
- 13 tratados de libre comercio que amplían la competitividad hacia 50 países.
- Normas del T-MEC que permiten contar contenido chino sin activar aranceles si se cumplen los niveles mínimos regionales.
¿Qué significa este auge de la inversión china?
- Plena consolidación industrial: China se está estableciendo como un actor clave en la producción automotriz mexicana, con capacidad para fabricar desde autos eléctricos hasta autopartes críticas.
- Esquema para evitar aranceles: producir en México permite acceder al mercado estadounidense con menores costos y barreras comerciales.
- Presión regulatoria en EE. UU.: Washington observa con atención este desplazamiento industrial y valora posibles ajustes en las reglas comerciales.
- Ventajas para México: genera empleos, dinamismo económico y posiciona al país como parte esencial en las cadenas globales del automóvil.
La estrategia china en México va más allá de inversión: es una jugada geoeconómica que busca reestructurar la base productiva regional, incrementando el poder de producción local para exportaciones sin arancel. Ahora, el desafío para México será reforzar su capacidad para estimular contenido nacional y mantener control sobre la dependencia tecnológica.
¿Cómo crees que debería reaccionar México? ¿Fomentar aún más esta inversión con incentivos locales, o reforzar supervisión para evitar un dominio excesivo de capital y tecnología chinos?
More Stories
BYD supera a Tesla y lidera la rentabilidad entre automotrices chinas
Zeekr 7X: el SUV eléctrico que llegará a México con la máxima calificación en seguridad
GAC–Stellantis se declara en bancarrota en China: ¿qué pasará en México con Dodge Attitude y Journey?