El viernes en Brno dejó una de las imágenes más intensas del fin de semana: Alex Márquez, piloto del equipo Gresini, logró clasificarse directamente a la Q2 pese a una caída a tan solo siete minutos del final de la práctica. En una escena que combinó adrenalina, determinación y sentido del humor, el español protagonizó una auténtica carrera contrarreloj para volver a pista, superar el corte y mantenerse entre los diez mejores.
La acción comenzó en la curva 7 del trazado checo, donde Márquez perdió el control de su Ducati y terminó en la grava mientras ocupaba la undécima posición en la tabla de tiempos. Consciente de que necesitaba mejorar para meterse en la Q2, el piloto no perdió ni un segundo: se puso de pie, buscó un scooter en el paddock —al parecer uno que no era suyo— y emprendió a toda velocidad el regreso al box. La escena fue tan surrealista como eficaz: Alex sorteó mecánicos, cámaras y estructuras, se metió a toda prisa al garage, subió a su segunda moto y volvió al trazado en menos de cuatro minutos.
La recompensa fue inmediata. En su regreso, logró marcar un tiempo que lo colocó en la novena posición, asegurando así su pase directo a la segunda fase de la clasificación. Todo esto, además, con una lesión en la mano izquierda que arrastra desde hace semanas, y que en ningún momento pareció limitar su determinación.
Tras la sesión, Márquez explicó que la caída se debió a una configuración demasiado blanda de la suspensión, que lo dejó sin agarre suficiente en el tren delantero. Reconoció que, durante la caída, ni siquiera pensó en su lesión; fue hasta estar en la grava cuando se percató de que su mano no se había resentido, lo cual fue un alivio.
El piloto también bromeó con la escena del scooter, confesando que no sabía de quién era el vehículo que tomó y que, probablemente, se arriesgó más en ese trayecto que en toda la sesión sobre la moto. Su actitud desenfadada refleja la confianza con la que enfrenta la temporada, donde ha mostrado un rendimiento constante y cada vez más competitivo.
La jornada del viernes en Brno no solo dejó en evidencia la capacidad técnica de Márquez, sino también su temple y su habilidad para reaccionar ante la adversidad. En una categoría donde cada décima cuenta, su carrera improvisada desde la grava hasta el box fue la diferencia entre quedar fuera o seguir luchando entre los mejores.
Con el pase a Q2 asegurado y una moto que ha respondido bien a lo largo del fin de semana, Alex Márquez llega al sábado con la motivación renovada, demostrando una vez más que está dispuesto a todo para mantenerse en la élite del MotoGP.
More Stories
Márquez reconoce que su dominio en MotoGP es excepcional y asegura que no se acostumbra a ganar
Morbidelli no está de acuerdo con la sanción en Hungría y defiende su maniobra
Aldeguer lidera los test de Mugello junto a Valentino Rossi y la VR46 Academy