Ford anunció el regreso de su división de alto rendimiento con un nombre cargado de tradición: Ford Racing. Con este cambio, la marca pone fin a la etapa de Ford Performance y retoma una identidad que refuerza su herencia en el automovilismo, conectando directamente la experiencia en las pistas con el desarrollo de vehículos de calle.
El relanzamiento viene acompañado de un nuevo logotipo que combina el clásico óvalo azul con la palabra “RACING” en una tipografía robusta y moderna. Este emblema comenzará a aparecer en los autos de competición de la marca, incluidos los proyectos de Fórmula 1 junto a Red Bull, así como en categorías de resistencia y rally. El movimiento no es solo estético: implica un enfoque renovado donde ingenieros y diseñadores trabajarán de manera conjunta para acelerar la transferencia de tecnología desde las competencias a los modelos de producción.

Will Ford, descendiente directo de Henry Ford y actual director general de la división, explicó que este cambio no es un simple rebranding, sino una reafirmación de la filosofía de la empresa: llevar a la pista la innovación y trasladar esos avances al usuario final. El regreso de Ford Racing coincide además con un calendario cargado de desafíos para la marca, que contempla su retorno a la Fórmula 1 en 2026 como proveedor técnico de Red Bull, así como su participación en pruebas emblemáticas como el Dakar, Le Mans, Bathurst y las 24 Horas de Daytona.
Como parte de esta nueva etapa, Ford también confirmó la incorporación de Daniel Ricciardo como embajador global de la división tras su retiro de la Fórmula 1. Su papel será clave para reforzar la conexión entre la marca, el automovilismo y los aficionados, aportando su carisma y experiencia a una estrategia que combina pasión, herencia e innovación. Con Ford Racing, la compañía norteamericana recupera una identidad emblemática y proyecta con fuerza su visión de futuro en el motorsport mundial.

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