Aston Martin está desarrollando una innovadora tecnología para que sus futuros superdeportivos eléctricos repliquen las sensaciones de conducción de sus icónicos motores V12. A diferencia de otras marcas que han optado por sonidos artificiales o simulaciones de cambios de marcha, la firma británica busca una solución más realista que involucre la vibración física del vehículo, brindando una experiencia de conducción más cercana a la de los autos de combustión interna.
Según Adrian Hallmark, CEO de Aston Martin, la compañía está explorando el uso de estructuras de carrocería oscilantes, una tecnología que permitirá que los autos eléctricos generen vibraciones similares a las de los motores V12 tradicionales. Este enfoque tiene como objetivo compensar la falta de sensaciones táctiles y auditivas en los vehículos eléctricos, un factor que muchos conductores extrañan al hacer la transición desde los modelos de combustión.

Para lograrlo, los ingenieros de Aston Martin están trabajando en un sistema que mapea las frecuencias de un motor V12, analizando su telemetría y replicando sus oscilaciones dentro de la estructura del vehículo eléctrico. Estas vibraciones estarán sincronizadas con el acelerador, de manera que el conductor perciba sensaciones similares a las de un motor convencional al acelerar, cambiar de marcha o reducir la velocidad. Además, la tecnología permitirá suprimir los ruidos eléctricos y crear una experiencia más inmersiva sin depender de sonidos digitales.
Este desarrollo es parte de la estrategia de Aston Martin para diferenciarse en la era de la electrificación. En 2019, la marca presentó el Rapide E, su primer intento de producir un vehículo eléctrico de lujo, pero el proyecto no llegó a concretarse a gran escala. Ahora, con una nueva dirección, la firma ha redefinido su visión hacia la movilidad eléctrica con un enfoque más innovador y emocional.
Para lograr este avance, Aston Martin ha establecido una alianza estratégica con Lucid, el fabricante estadounidense de vehículos eléctricos, que suministrará las baterías y motores eléctricos necesarios para sus futuros modelos. Con este respaldo tecnológico, la compañía espera lanzar su primer superdeportivo eléctrico hacia 2030, manteniendo el ADN de la marca y ofreciendo un producto que no solo sea eficiente y sostenible, sino que también conserve la emoción y el carácter de sus autos tradicionales.

Adrian Hallmark ha dejado claro que la misión de Aston Martin no es simplemente fabricar un auto eléctrico más, sino crear una experiencia de conducción única que combine las ventajas de la electrificación con las emociones que sus clientes esperan de un superdeportivo de la marca. Si esta tecnología cumple con sus objetivos, podría marcar un antes y un después en la manera en que los autos eléctricos de alto rendimiento son percibidos en el futuro.
Con este proyecto, Aston Martin demuestra que la electrificación no tiene por qué significar la pérdida de identidad para los fabricantes de autos deportivos. En lugar de limitarse a seguir las tendencias del mercado, la marca británica apuesta por un concepto innovador que podría redefinir la relación entre el conductor y la máquina en la nueva era de la movilidad.
More Stories
El BYD Sealion 7 impresiona en Europa: cinco estrellas en seguridad para el SUV eléctrico chino
Tesla esquiva la guerra comercial entre China y EE.UU., pero tropieza en su carrera por la conducción autónoma
¡General Motors y NVIDIA se unen para cambiar el futuro de la conducción!