20/04/2025

La estrategia eléctrica de Ford en Europa preocupa a sus trabajadores en Alemania

Ford ha confirmado que para 2026 todos sus modelos en Europa serán eléctricos o híbridos enchufables (PHEV), como parte de su transición hacia la movilidad sostenible. Sin embargo, esta decisión ha generado gran preocupación entre los trabajadores de la marca en Alemania, quienes temen que esta transformación pueda llevar a la filial europea a una crisis financiera insostenible.

Ford-Werke, la subsidiaria alemana de la compañía, enfrenta una complicada situación económica tras acumular deudas por 5,800 millones de euros. Para tratar de estabilizar sus operaciones en Europa, la casa matriz estadounidense ha aprobado una inyección de 4,400 millones de euros destinados a reducir su carga financiera. A pesar de este esfuerzo, la compañía ha advertido que dejará de cubrir las pérdidas de su filial en Alemania, lo que ha generado inquietud entre los sindicatos y los trabajadores.

Uno de los principales focos de tensión se encuentra en la planta de Colonia, donde se lleva a cabo la producción del primer modelo eléctrico de Ford desarrollado en Europa. La baja demanda de vehículos eléctricos en el mercado ha obligado a la empresa a reducir la producción y solicitar al gobierno alemán la aprobación para disminuir las horas de trabajo de su plantilla. Esta medida ha sido vista como una señal de alerta sobre la viabilidad del plan de electrificación de la marca en el continente.

En paralelo, la planta de Saarlouis, donde actualmente se fabrica el Ford Focus, tiene programado su cierre definitivo en noviembre de 2025, lo que ha incrementado aún más la incertidumbre entre los empleados de la compañía en Alemania. David Lüdtke, portavoz del sindicato IG Metall en Ford Colonia, ha manifestado su preocupación ante la posibilidad de que la planta experimente una “muerte a plazos” debido a la reducción progresiva de puestos de trabajo. En los últimos meses, la compañía ha anunciado la eliminación de 2,900 empleos en un periodo de tres años, lo que ha generado gran preocupación en la plantilla.

La llegada de fabricantes chinos de autos eléctricos a Europa también está afectando la competitividad de Ford en la región. La combinación de una transición acelerada hacia la electrificación, la baja demanda y la competencia externa está complicando el panorama financiero de la marca, lo que hace que los trabajadores vean con incertidumbre el futuro de las operaciones de la compañía en Alemania.

Mientras Ford sigue adelante con su estrategia de electrificación, el temor entre los empleados es que el plan pueda convertirse en una apuesta arriesgada que termine afectando la estabilidad de la empresa en Europa. Con fábricas en riesgo, reducción de personal y la presión de un mercado en constante cambio, el futuro de la marca en Alemania se encuentra en una situación cada vez más delicada.