Hino Motors, la división de camiones y motores de Toyota, ha sido condenada en Estados Unidos a pagar una multa de 1.600 millones de dólares tras declararse culpable de falsificar datos de emisiones en sus motores diésel durante más de una década. La empresa admitió haber manipulado pruebas de emisiones para obtener certificaciones indebidas y vender motores que no cumplían con las normativas ambientales.
Entre 2010 y 2019, Hino presentó solicitudes falsas de certificación, alterando datos y fabricando resultados sin realizar las pruebas requeridas. Esto permitió que la compañía importara y vendiera más de 110,000 motores diésel en Estados Unidos entre 2010 y 2022, instalados principalmente en camiones pesados distribuidos a lo largo del país.
Como parte del acuerdo judicial, Hino Motors deberá pagar una multa penal de 521.76 millones de dólares y una sentencia de decomiso por 1.087 millones de dólares. Además, la empresa cumplirá un período de cinco años de libertad condicional, durante el cual tendrá prohibido importar motores diésel a Estados Unidos. También deberá implementar un programa de cumplimiento y ética bajo supervisión de las autoridades para garantizar que no se repitan prácticas fraudulentas.

Para compensar el impacto ambiental causado por sus motores, Hino financiará un programa de mitigación de emisiones por 155 millones de dólares, que incluirá la sustitución de motores marinos y de locomotoras, así como la instalación de sistemas tecnológicos de reducción de ralentí en trenes de carga. También llevará a cabo un programa de retirada valorado en 144.2 millones de dólares para modificar los motores de los camiones pesados fabricados entre 2017 y 2019, asegurando que cumplan con las regulaciones ambientales vigentes.
Este escándalo recuerda al Dieselgate de Volkswagen en 2015, que resultó en sanciones por más de 20,000 millones de dólares. En los últimos años, las autoridades estadounidenses han intensificado la vigilancia sobre los fabricantes de motores diésel para garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales y proteger la salud pública.
La condena a Hino Motors refuerza el compromiso de las autoridades con la transparencia en la industria automotriz y deja en claro que cualquier intento de eludir las regulaciones ambientales será severamente castigado. Este caso es un recordatorio de la importancia del cumplimiento normativo en la transición hacia tecnologías más limpias y sostenibles.
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