07/06/2025

Volkswagen y Chery: Una alianza inesperada que podría cambiar la industria europea

En un giro estratégico que pocos anticipaban, Volkswagen se encuentra en conversaciones avanzadas con el fabricante chino Chery para permitirle fabricar vehículos en territorio alemán, una jugada que no solo podría redefinir el mapa automotriz europeo, sino también consolidar una de las colaboraciones más pragmáticas de la industria en tiempos recientes.

La propuesta en discusión apunta directamente a las plantas de Volkswagen en Dresde y Osnabrück, instalaciones que actualmente están en riesgo de cierre como parte de una amplia reestructuración para reducir costos. Sin embargo, la posibilidad de que Chery ocupe estos espacios fabriles ofrece una solución que, de concretarse, beneficiaría a ambas partes: Volkswagen preservaría empleos y actividad productiva en suelo alemán, mientras que Chery lograría establecer una base operativa directa en Europa, evitando aranceles y ganando legitimidad en uno de los mercados más exigentes del mundo.

Chery, que se ha posicionado como el cuarto mayor fabricante de autos en China, está expandiendo su estrategia global a través de una nueva submarca llamada Lepas. Esta firma estará enfocada en SUV compactos y medianos con motorizaciones eléctricas, híbridas y de combustión, con un diseño orientado al gusto europeo y una ingeniería que busca cumplir con las normativas ambientales más estrictas. Y producir en Alemania, dentro de las fábricas de uno de los gigantes históricos del automóvil, sería un movimiento audaz y poderoso para consolidar esa ambición.

Para Volkswagen, la decisión no es menor. Aun siendo líder en ventas de vehículos eléctricos en Europa, el grupo enfrenta una competencia creciente, tanto desde marcas emergentes como desde nuevos modelos más accesibles. La colaboración con Chery permitiría optimizar capacidades de producción infrautilizadas sin renunciar al control de su propio ecosistema industrial. También sería un mensaje político: la apertura a nuevos jugadores siempre es posible, mientras exista una lógica operativa detrás.

Aún no hay firma sobre papel, pero las negociaciones están en marcha. Se evalúan factores como el costo laboral, las exigencias regulatorias locales y la relación con los sindicatos alemanes, que históricamente han tenido un papel crucial en las decisiones de producción del grupo. Si se llega a un acuerdo, el precedente sería significativo: una marca china ensamblando autos en fábricas alemanas, bajo un modelo de cooperación con uno de los pilares de la ingeniería europea.

En un entorno global donde las tensiones comerciales, las presiones ecológicas y la transformación tecnológica están forzando nuevas alianzas, el posible entendimiento entre Volkswagen y Chery podría marcar un punto de inflexión. No es solo una cuestión de eficiencia industrial. Es una señal de que el futuro del automóvil se está escribiendo entre viejos gigantes y nuevos aspirantes, con Alemania como tablero de juego y el mundo entero como público expectante.