18/07/2025

Robert Kubica conquista Le Mans 2025 al límite: 35 horas sin dormir, avería en el coche y una victoria histórica para Ferrari

La edición 2025 de las 24 Horas de Le Mans dejó una historia que ya forma parte de la leyenda: Robert Kubica, al volante del Ferrari #83 del equipo cliente AF Corse, logró una de las victorias más intensas, desgastantes y emocionantes de su carrera. Acompañado por Nick Yelloly y Yifei Ye, el piloto polaco llevó al límite su cuerpo, su mente y su monoplaza para conquistar la gloria en la clásica de resistencia.

Desde las sesiones de práctica, Kubica había demostrado un ritmo extraordinario, marcando el mejor tiempo en los entrenamientos finales con una vuelta de 3:26.523. Sin embargo, ya en carrera, el coche comenzó a presentar problemas mecánicos que se extenderían durante toda la competencia. La caja de cambios del Ferrari #83 mostró fallos desde el principio, y el equipo optó por no detenerse a repararla, confiando en la pericia de sus pilotos y en una conducción inteligente para minimizar los riesgos.

Durante gran parte de la prueba, Kubica mantuvo la calma, adaptando su estilo de manejo para no forzar más allá de lo necesario, pero incluso así hubo curvas en las que, según sus propias palabras, “el coche estaba al límite”. El fallo en la transmisión los acompañó durante las 24 horas, y la solución nunca fue completa, solo paliativa.

En los momentos finales de la carrera, cuando la presión y el cansancio alcanzaban niveles insoportables, Kubica se mantuvo al volante durante tres horas y media seguidas, completando dos relevos sin descanso. En total, acumuló cinco turnos de conducción en la competencia y afrontó esa última etapa con más de 35 horas sin dormir. Lo hizo, además, con las secuelas físicas de su accidente en 2011, que aún hoy limitan parcialmente el uso de uno de sus brazos.



El resultado fue heroico. El Ferrari #83 completó 387 vueltas al Circuito de la Sarthe, y cruzó la línea de meta con solo 14.084 segundos de ventaja sobre el Porsche Penske #6. Fue una victoria construida contra el reloj, contra el cuerpo, y contra la adversidad mecánica, en una de las definiciones más reñidas y emotivas de los últimos años.

El triunfo tiene un valor simbólico enorme para Kubica. Es el primer piloto polaco en ganar las 24 Horas de Le Mans, y junto a Yifei Ye, también convirtió a China en parte de la historia dorada de la resistencia. Además, Kubica se une a un club exclusivo: es apenas el segundo piloto del siglo XXI, después de Fernando Alonso, que ha logrado victorias tanto en Fórmula 1 como en Le Mans.

Para Ferrari, la victoria también representó un hito. Con este triunfo, la escudería del Cavallino Rampante sumó su tercera victoria consecutiva en Le Mans, y lo hizo con un tercer coche distinto: el #51 en 2023, el #50 en 2024 y ahora el #83, operado por un equipo cliente. Esta versatilidad demuestra la profundidad, adaptabilidad y liderazgo de Ferrari en la era moderna del automovilismo de resistencia.

Al término de la carrera, Kubica resumió lo vivido con sinceridad: “Después de 35 horas sin dormir, es fácil cometer errores… fue un día muy especial y no me esperaba la victoria”. Y agregó, sobre el estado del coche: “Estuvo mal las 24 horas… intentamos ayudar con el estilo de conducción, pero al final solo tapamos el problema, no lo solucionamos”.

Con esta hazaña, Robert Kubica no solo se consagra como campeón de Le Mans, sino como ejemplo de resiliencia, valentía y determinación. En una carrera que lo exigió en todos los sentidos, demostró que la grandeza no siempre está en la perfección técnica, sino en la capacidad de resistir, adaptarse y nunca rendirse.