18/07/2025

La Fórmula 1 ajusta el reglamento de motores 2026 ante preocupaciones por el uso del modo eléctrico

La Fórmula 1 ha modificado oficialmente su reglamento técnico de motores para 2026 con el objetivo de corregir desequilibrios detectados en el desarrollo inicial de las nuevas unidades de potencia híbridas. La FIA tomó cartas en el asunto luego de identificar que algunas estrategias planteadas por los equipos podrían comprometer el espectáculo, debido al uso excesivo de modos de ahorro de energía eléctrica y tácticas de conducción poco agresivas.

A partir de 2026, las nuevas reglas de motorización contemplan una distribución 50/50 entre potencia térmica y eléctrica. Uno de los cambios más significativos es la eliminación de la MGU-H, el componente que recuperaba energía del calor del escape y la transfería a la batería o a la MGU-K. Esto deja a la MGU-K como único sistema de recuperación de energía, que solo puede recargar durante las frenadas. En circuitos con pocas zonas de desaceleración, esta limitación generaba un panorama preocupante: los pilotos podrían levantar el pie mucho antes en rectas o evitar atacar con fuerza para poder recargar batería, sacrificando el ritmo de carrera en aras de la eficiencia energética.



Para evitar estos escenarios extremos, la FIA ha incorporado dos medidas clave en el reglamento:

  1. Se impone un límite de velocidad a partir del cual se podrá utilizar la energía eléctrica: la potencia del sistema híbrido se irá reduciendo progresivamente a partir de los 345 km/h. No obstante, en situaciones de adelantamiento, se activará un modo “override” que permitirá mantener el impulso eléctrico hasta los 355 km/h, ayudando a conservar la dinámica de carrera.
  2. Durante las sesiones de calificación y en los eventos sprint, se limitará la energía que puede recuperarse por vuelta a solo 5 megajulios, una cifra menor que los 8 o incluso 8.5 MJ permitidos durante la carrera. Esto obligará a los equipos a replantear cómo distribuyen la energía durante los sábados sin sobreoptimizar el sistema para una sola vuelta.

Además de estas modificaciones, se ha eliminado por completo la restricción en las horas de banco de pruebas destinadas al desarrollo del sistema de recuperación eléctrica (ERS). Esto permite a los fabricantes invertir sin límite en la evolución de sus componentes eléctricos, favoreciendo la innovación tecnológica, pero también abriendo la puerta a una eventual disparidad entre equipos con más recursos y aquellos con menor capacidad de inversión.

El mensaje de la FIA es claro: la electrificación es una parte clave del futuro de la Fórmula 1, pero no a costa de la emoción en pista. El reglamento debe garantizar que la transición hacia un modelo más sostenible no elimine el ADN competitivo del deporte, ni convierta la gestión energética en un factor tan dominante que opaque el talento del piloto y la estrategia tradicional.



Estos ajustes llegan en un momento clave del desarrollo técnico de las unidades de potencia 2026. Los fabricantes ya trabajan en sus prototipos, y las primeras simulaciones mostraban escenarios de carrera donde el ritmo lento y la acumulación de energía se convertían en herramientas más valiosas que la velocidad pura. La preocupación se centraba en que los monoplazas, en lugar de explotar todo su potencial, podrían caer en dinámicas de ahorro que distorsionaran la competencia.

La Fórmula 1, con estos cambios, reafirma su compromiso por un equilibrio entre tecnología avanzada, sostenibilidad real y espectáculo deportivo. La temporada 2026 se perfila como el inicio de una nueva era: una en la que la electricidad y la eficiencia serán protagonistas, pero siempre al servicio de la velocidad, la competencia y la pasión por las carreras.