18/07/2025

Stellantis analiza la posible venta de Maserati ante caída de ventas y presión financiera

Stellantis se encuentra evaluando una decisión estratégica de gran peso: la posible venta de Maserati. La icónica marca italiana de lujo, que forma parte del portafolio de 14 marcas del conglomerado automotriz, ha sido objeto de un análisis profundo por parte de McKinsey, consultora externa contratada por el grupo, para estudiar escenarios de reestructuración que incluyan desde una transformación completa hasta su desinversión total.

Aunque oficialmente la empresa asegura que “Maserati no está en venta”, la información filtrada apunta a que el tema está sobre la mesa. Las razones detrás de esta revisión son contundentes. Maserati cerró 2024 con una caída del 58 % en sus ventas globales, comercializando apenas 11,300 unidades y registrando una pérdida operativa de 260 millones de euros. La marca atraviesa un estancamiento en su desarrollo de nuevos productos y su anterior plan de negocio fue suspendido desde el año pasado, quedando en pausa a la espera de una nueva dirección.

Este análisis se produce en un contexto adverso para Stellantis, que ha sufrido una fuerte presión bursátil, con una pérdida de dos tercios de su valor en bolsa desde marzo de 2024. Además, la empresa enfrenta desafíos como el aumento de los aranceles en Estados Unidos y la creciente competencia de marcas chinas, especialmente en los segmentos electrificados y de lujo, donde Maserati aún no ha consolidado una posición dominante.

Dentro de la compañía existen posturas encontradas. Algunos miembros del consejo consideran que, sin una fuerte inyección de capital y recursos, Maserati no es una marca rentable ni sostenible a largo plazo. Otros, en cambio, defienden su permanencia como la única división de lujo dentro del grupo, una pieza clave en términos de imagen, historia y posicionamiento de marca global.

Entre los escenarios considerados, una posible venta a un fabricante chino no está descartada, en línea con movimientos similares ocurridos en la última década, como el caso de Geely con Volvo. La experiencia de estos compradores en revitalizar marcas europeas ha demostrado que la transferencia de propiedad puede convertirse en una nueva etapa de crecimiento.

Mientras tanto, el director general de Maserati, Santo Ficili, trabaja en una estrategia de recuperación para mantener a la marca dentro del grupo. Se espera que próximamente se presente un nuevo plan de negocios que incluye relanzamientos de modelos, fortalecimiento de la red de distribución y una mayor apuesta por la personalización de vehículos. La apertura reciente de un nuevo taller en Módena tiene como objetivo duplicar la participación de las unidades personalizadas, pasando del 12 % actual al 20 % en el mediano plazo.

La decisión final dependerá de múltiples factores: los resultados del análisis estratégico, la evolución de la rentabilidad en los próximos trimestres y la visión del nuevo CEO de Stellantis, Antonio Filosa. La compañía se enfrenta al dilema de seguir invirtiendo en el reposicionamiento de Maserati como un jugador competitivo en el mercado global de lujo, o bien capitalizar su valor de marca ahora, vendiéndola para enfocar sus recursos en segmentos de mayor retorno.

La historia y el prestigio de Maserati pesan, pero en el contexto actual de una industria automotriz en plena transformación, las emociones deben equilibrarse con los números. Y Stellantis, hoy más que nunca, está obligado a decidir con precisión quirúrgica.