18/07/2025

El CEO de Ford advierte: “Si no mejoramos, los chinos ganan y Ford no tendrá futuro”

Jim Farley, CEO de Ford, ha lanzado una advertencia contundente durante su participación en el Aspen Ideas Festival: la industria automotriz estadounidense está en riesgo de desaparecer si no logra alcanzar el nivel de competitividad que actualmente muestran los fabricantes chinos, especialmente en el desarrollo de vehículos eléctricos. Según Farley, esta no es solo una carrera tecnológica, sino una competencia global que definirá qué marcas sobrevivirán en el futuro.

Con base en sus recientes viajes a China, el directivo reconoció el abrumador avance de las marcas chinas, no solo en capacidad de producción —pues actualmente fabrican el 70 % de los autos eléctricos del mundo— sino en calidad, costos y, sobre todo, en tecnología digital integrada al vehículo. En particular, quedó impresionado por la forma en que empresas como Huawei y Xiaomi han revolucionado la experiencia del conductor con sistemas que replican de inmediato la información del teléfono móvil en el tablero sin necesidad de sincronización manual.

Farley incluso compartió que ha conducido un vehículo eléctrico de Xiaomi durante varios meses y confesó que no desea dejarlo. Esta declaración fue más que anecdótica: reflejó una experiencia que considera reveladora sobre el nivel de amenaza que representa la industria automotriz china para marcas tradicionales como Ford.

Como respuesta a este panorama, la firma estadounidense ya ha comenzado a reajustar su estrategia. Está reduciendo su inversión en SUV eléctricos costosos y redirigiendo recursos hacia el desarrollo de vehículos híbridos más accesibles y rentables, con una inversión aproximada de 2,000 millones de dólares.

El CEO también destacó que en el terreno de las baterías, China lleva una década de ventaja. Para cerrar esa brecha, será imprescindible establecer alianzas tecnológicas que permitan acceder a la propiedad intelectual y a la innovación desarrollada en Asia. Farley fue claro: no es suficiente con fabricar autos; se necesita dominar la tecnología que los hace competitivos y relevantes para los consumidores del futuro.

Esta serie de declaraciones no solo marca un punto de inflexión en el discurso de uno de los líderes más importantes del sector, sino que también funciona como un llamado de atención para toda la industria automotriz occidental. Si marcas como Ford no logran adaptarse con agilidad y visión, corren el riesgo de quedar irreversiblemente rezagadas frente a una nueva generación de competidores globales.

En un entorno donde la electrificación, el software, la experiencia de usuario y la eficiencia son factores clave, la industria estadounidense tiene el desafío de reinventarse sin perder su identidad. El futuro de Ford —y de muchos otros fabricantes históricos— depende de ello.