Stellantis ha decidido dar un giro estratégico contundente al cancelar oficialmente su programa de celdas de combustible de hidrógeno, deteniendo así el desarrollo y producción de vehículos comerciales impulsados por esta tecnología. La decisión se tomó luego de una revisión profunda de su viabilidad técnica, económica y comercial, concluyendo que el hidrógeno representa actualmente un segmento de nicho con escasa infraestructura, costos elevados y poca demanda real.
La medida afecta directamente a la línea de furgonetas comerciales ligeras Pro One, cuya producción en versión de hidrógeno estaba programada para este verano en las plantas de Hordain, Francia, y Gliwice, Polonia. A pesar de la cancelación, Stellantis aseguró que no habrá despidos y que el personal asignado a estos proyectos será reubicado en otras áreas.
El gigante automotriz, surgido de la fusión entre PSA Group y FCA, había apostado inicialmente por una diversificación tecnológica que incluyera vehículos eléctricos, híbridos e impulsados por hidrógeno. Sin embargo, las condiciones del mercado han orientado su estrategia hacia las tecnologías que muestran mayor madurez y retorno de inversión, como los vehículos eléctricos a batería (BEV) y los híbridos enchufables (PHEV).
Además de factores económicos, Stellantis identificó la falta de infraestructura adecuada para el suministro de hidrógeno como uno de los mayores obstáculos para continuar con el programa. El grupo también enfrentaba dificultades en su colaboración con Symbio, una empresa conjunta con Michelin y Forvia dedicada al desarrollo de sistemas de celdas de combustible, la cual dependía en gran parte de los pedidos de Stellantis. Con esta retirada, el futuro de dicha alianza queda en entredicho.
Esta decisión también supone un cambio dentro del marco del plan estratégico Dare Forward 2030, el cual contemplaba la producción de hasta 10,000 vehículos de hidrógeno anuales y el desarrollo de una pick-up con esta tecnología. Ahora, todos los recursos de investigación, desarrollo e inversión se redirigirán a plataformas eléctricas, reforzando su compromiso con la movilidad sostenible y la neutralidad de carbono.
La salida de Stellantis del “tren del hidrógeno” refleja una tendencia más amplia dentro de la industria automotriz global, donde cada vez más fabricantes están dejando de lado el hidrógeno en el segmento de vehículos ligeros para centrarse en la electrificación total. Aunque el hidrógeno aún se perfila como una solución viable para transporte pesado o aplicaciones industriales, por ahora su adopción masiva en vehículos de uso cotidiano sigue siendo limitada.
En definitiva, Stellantis marca un nuevo rumbo, priorizando la practicidad, la rentabilidad y la inmediatez tecnológica, con el objetivo de mantenerse competitivo en una industria en rápida transformación. La electrificación, con todos sus retos y oportunidades, se consolida como el eje central de su futuro.
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