20/04/2025

¿Una escultura o un Porsche 911 GT3 RS? Ambos cuestan casi lo mismo

El artista británico Benedict Radcliffe ha vuelto a sorprender al mundo del arte y el automovilismo con su más reciente creación: una escultura que replica a la perfección las formas del icónico Porsche 911 (934) mediante una estructura tubular de acero. Esta pieza fue subastada recientemente por $249,402 dólares (aproximadamente $5,120,000 pesos mexicanos), una cifra comparable al costo de un Porsche 911 GT3 RS 2025, cuyo precio base es de $4,778,000 pesos mexicanos antes de opciones adicionales.

Radcliffe es ampliamente reconocido por sus esculturas automotrices, caracterizadas por su estilo minimalista y detallado, que capturan la esencia de vehículos legendarios a través de estructuras tubulares de acero. En esta ocasión, el artista optó por un llamativo color naranja denominado “Fluro Orange”, evocando la estética de los Porsche 934 de competición que llevaban los colores de Jägermeister en la década de 1970. La escultura no solo mantiene las proporciones y silueta del modelo original, sino que además se apoya sobre rines BBS de bloqueo central reales, reforzando su realismo y valor artístico.



Aunque el precio de la escultura es elevado, sigue siendo una alternativa significativamente más accesible que un Porsche 934 original de carreras. La última vez que uno de estos modelos fue subastado alcanzó un valor de $1.55 millones de dólares, debido a su rareza y su importancia en la historia del automovilismo. Solo se fabricaron 31 unidades, y muchas de ellas sufrieron daños irreparables durante las competencias, lo que ha incrementado aún más su exclusividad y precio en el mercado de coleccionistas.



Este particular caso plantea una interesante reflexión sobre el valor del arte y la ingeniería automotriz. Mientras que la escultura de Benedict Radcliffe representa una obra conceptual que captura la esencia del diseño del Porsche 911, el GT3 RS ofrece una experiencia de conducción extrema, con un motor bóxer de 525 caballos de fuerza, aerodinámica optimizada y un desempeño diseñado para el circuito.

Al final, tanto la escultura como el Porsche funcional reflejan una misma pasión: la admiración por el diseño, la innovación y la historia de uno de los modelos más icónicos del automovilismo. La elección entre una obra de arte estática y un vehículo de alto rendimiento dependerá del tipo de coleccionista, pero lo que es seguro es que ambas piezas son auténticas declaraciones de amor por el Porsche 911.