20/04/2025

Porsche y Audi analizan fabricar autos en EE.UU. ante la amenaza de aranceles de Trump

Las marcas alemanas Porsche y Audi están considerando trasladar parte de su producción a Estados Unidos, en respuesta a la posible imposición de aranceles del 25% a los vehículos importados que la administración de Donald Trump pretende aplicar. Esta medida, que podría entrar en vigor el próximo 2 de febrero, busca incentivar la manufactura local y reducir el déficit comercial estadounidense, generando incertidumbre en la industria automotriz global.

Una de las opciones que ambas marcas están evaluando es utilizar la planta de Volkswagen en Chattanooga, Tennessee, que actualmente cuenta con capacidad de producción disponible. Esto se debe a que la fabricación del ID.4 eléctrico ha disminuido en un 55%, lo que permitiría a Porsche y Audi aprovechar la infraestructura existente sin realizar inversiones significativas en nuevas instalaciones.

Otra alternativa en consideración es que Audi comparta líneas de producción con Scout, la nueva marca de Volkswagen enfocada en vehículos todoterreno eléctricos, cuya fabricación está programada para finales de 2026 o inicios de 2027. Esta opción podría optimizar costos y fortalecer la presencia del Grupo Volkswagen en el mercado estadounidense, evitando las tarifas arancelarias que afectarían sus importaciones desde Europa.



Para Porsche, una posibilidad es fabricar en EE.UU. su futura SUV eléctrica de tres filas de asientos, un modelo en desarrollo que buscará competir en el creciente segmento de SUV eléctricos premium. Sin embargo, el resto de la producción de Porsche seguiría realizándose en Alemania, manteniendo sus estándares de calidad y tradición manufacturera.

En el caso de Audi, esta situación podría afectar directamente a México, ya que actualmente su modelo Q5, uno de los más vendidos en EE.UU., se fabrica en la planta de San José Chiapa, Puebla. Si la producción de este modelo se trasladara a territorio estadounidense, las operaciones y la economía local podrían verse impactadas, generando un posible golpe a la industria automotriz mexicana.

Por el momento, estas estrategias siguen en fase de análisis, a la espera de que se confirme la aplicación de los aranceles propuestos por la administración de Trump. La industria automotriz global se mantiene en alerta, evaluando el impacto de estas decisiones políticas en sus cadenas de producción y estrategias comerciales. De concretarse, la reubicación de fábricas podría cambiar el panorama de la producción automotriz en Norteamérica, favoreciendo a EE.UU., pero afectando a otras economías como la mexicana y la europea.