Carlos Sainz encara el Gran Premio de Canadá con la urgencia de convertir su rendimiento en resultados concretos. A bordo del Williams FW47, el piloto español ha mostrado un ritmo competitivo y una adaptación rápida al equipo en esta primera parte de la temporada, pero los puntos siguen sin llegar, y esa sequía empieza a pesarle.
Sainz reconoció que, a pesar de haber sido rápido en la mayoría de las nueve carreras anteriores, los errores, problemas estratégicos y situaciones desafortunadas le han impedido capitalizar su desempeño. Mencionó que en circuitos como Miami e Imola estuvo cerca de terminar entre los cinco o seis primeros, pero diversos factores terminaron por frustrar esas oportunidades.
El Gran Premio de España fue, según sus propias palabras, su fin de semana más complicado con Williams. Una mala salida, un toque que dañó su alerón delantero y problemas de temperatura mermaron su rendimiento. Aun así, Sainz lo considera parte del proceso de adaptación: duro, pero necesario.
Con respecto a sus expectativas para Canadá, el piloto madrileño se mostró optimista. Cree que el trazado de Montreal, con curvas lentas, chicanas y frenadas fuertes, puede beneficiar las características del FW47. Según él, este circuito representa una buena oportunidad para que Williams se meta en la zona de puntos, algo que no logran desde hace varias carreras.
Sainz fue claro al decir que es hora de juntar todo: velocidad, consistencia y ejecución. Su mensaje refleja tanto presión interna como ambición por dar un paso adelante. Canadá podría ser el escenario ideal para sellar esa evolución con un resultado que respalde el esfuerzo del equipo y su propia determinación como piloto. La oportunidad está ahí; ahora depende de Williams y Sainz concretarla.
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