La reconfiguración técnica de Aston Martin bajo la batuta de Adrian Newey continúa tomando forma, y lo hace con movimientos estratégicos que apuntan directamente al corazón del rendimiento en la Fórmula 1. El equipo británico ha confirmado la incorporación de dos figuras clave que, en el pasado, fueron colaboradores cercanos del legendario diseñador en Red Bull: Giles Wood y Gioacchino “Jack” Vino. Ambos refuerzos representan no solo experiencia y capacidad, sino una apuesta clara por construir una estructura técnica de primer nivel con la mira puesta en el reglamento de 2026.
Giles Wood regresa a la categoría reina del automovilismo tras una etapa en Apple, y lo hace para hacerse cargo del área de simulación de vehículos en Aston Martin. Su papel será vital, ya que una de las debilidades detectadas por Newey en su llegada fue precisamente la baja correlación entre el simulador y el rendimiento en pista. Esta es una herramienta clave en el desarrollo de monoplazas modernos, y contar con un especialista como Wood permitirá optimizar decisiones técnicas y mejorar la eficiencia en la evolución del coche.
Por su parte, Jack Vino asume el cargo de jefe de aerodinámica, uno de los departamentos más determinantes en la competitividad de cualquier escudería. Vino ha pasado por estructuras de alto calibre como Red Bull y Mercedes, y ahora se incorpora con la misión de consolidar un enfoque aerodinámico ganador en los próximos modelos de Aston Martin. Su llegada es una declaración de intenciones: el equipo no busca ser protagonista ocasional, sino un contendiente constante.
Ambos movimientos forman parte de una estrategia más amplia liderada por Newey, cuyo objetivo es transformar la organización técnica del equipo para alcanzar la solidez de los grandes constructores. El calendario ya está marcado: las nuevas regulaciones de 2026 en materia de chasis, motores y aerodinámica requieren una base organizativa fuerte, capaz de interpretar el reglamento y traducirlo en un coche competitivo desde el primer día.
A corto plazo, se espera que las incorporaciones se reflejen en una mejor correlación entre los datos del simulador y los resultados en pista, lo que permitirá evolucionar el AMR25 con mayor precisión. A mediano plazo, Aston Martin busca consolidar su estructura para desarrollar el AMR26 desde una posición de ventaja. Y a largo plazo, el objetivo es claro: ser un equipo capaz de pelear por campeonatos con consistencia y autoridad.
Para Andy Cowell, director ejecutivo de Aston Martin Performance Technologies, estas incorporaciones representan más que una mejora técnica: son un mensaje al paddock de que el proyecto va en serio. Bajo la dirección de Newey, el equipo busca replicar las condiciones que alguna vez convirtieron a Red Bull en una dinastía, pero con una identidad propia y una infraestructura modernizada en Silverstone.
La llegada de Wood y Vino es un paso más en la transformación de Aston Martin de aspirante ambicioso a competidor de élite. Con talento, visión y una estrategia clara, el equipo se prepara para un salto de calidad que podría redefinir su rol en la Fórmula 1 de los próximos años.
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