Francesco “Pecco” Bagnaia cerró el primer día del Gran Premio de los Países Bajos con una sonrisa sincera y un mensaje claro: ha vuelto a sentirse cómodo sobre su Ducati. Luego de varios fines de semana marcados por la frustración, especialmente tras su actuación en Mugello, el actual campeón del mundo encontró en Assen una conexión renovada con su moto que podría marcar un punto de inflexión en su temporada.
El piloto italiano finalizó quinto en la tabla combinada del viernes, pero más allá del resultado en los cronos, lo que realmente llamó la atención fue su lenguaje corporal y sus declaraciones al terminar la jornada. Bagnaia aseguró haber tenido las “mejores sensaciones del año”, algo que no decía desde hacía tiempo. El cambio de actitud fue evidente. Si en Italia había expresado sentirse perdido y con falta de ritmo, en Holanda volvió a mostrar seguridad, fluidez y una actitud más positiva.
Una de las claves de esta recuperación radica en su enfoque mental. Pecco reconoció que durante las últimas carreras había estado demasiado centrado en los aspectos negativos, lo que terminó afectando su desempeño en pista. Para el fin de semana en Assen decidió trabajar en el sentido opuesto: enfocarse en lo que sí funciona, acumular vueltas, y encontrar nuevamente el placer de pilotar. El resultado fue una mayor soltura sobre la moto, mejores referencias en frenada, mayor confianza al abrir gas y una mejor lectura del comportamiento del tren delantero, puntos cruciales en un trazado técnico como el neerlandés.
También destacó la importancia del trabajo conjunto con su equipo. Agradeció el apoyo de los ingenieros de Ducati y la disposición del equipo para hacer los ajustes necesarios en la GP25, adaptándola a su estilo de manejo. Esta armonía técnica, según sus propias palabras, fue determinante para que pudiera reencontrarse con las sensaciones perdidas. Aunque la diferencia con los líderes aún existe, especialmente frente al ritmo que han mostrado los hermanos Márquez, el salto cualitativo en comparación con Mugello es innegable.
Sin embargo, Bagnaia fue prudente en sus expectativas. Aseguró que este viernes positivo no garantiza automáticamente un fin de semana perfecto. “Veremos si esto es suficiente de cara a las carreras”, afirmó, consciente de que el verdadero examen llegará en la clasificación y en la competencia principal. Por ahora, su enfoque está en mantener la progresión, validar las mejoras en condiciones más exigentes y recortar distancias con sus principales rivales.
Assen, circuito donde Bagnaia ha demostrado sentirse cómodo en el pasado, podría ser el escenario ideal para retomar la senda del protagonismo. Si logra mantener el equilibrio emocional y técnico que mostró en los primeros entrenamientos, no solo podría volver a luchar por la victoria, sino también enviar un mensaje claro: el campeón está de vuelta y listo para pelear.
El viernes en Assen dejó algo más que tiempos en pantalla. Dejó la imagen de un piloto que vuelve a confiar en sí mismo y en su moto. Y en MotoGP, eso suele ser el principio de grandes cosas.
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