18/07/2025

Yamaha celebra su legado con una decoración retro en Assen por su 70.º aniversario

El Gran Premio de los Países Bajos se tiñó de historia, emoción y nostalgia gracias a Yamaha, que presentó una decoración especial en sus motos para conmemorar el 70.º aniversario de la marca. En una de las citas más emblemáticas del calendario, Assen se convirtió en el escenario ideal para rendir homenaje al pasado glorioso de la firma japonesa, combinando tradición con actualidad.

La escudería oficial Monster Energy Yamaha MotoGP y el equipo satélite Prima Pramac Yamaha MotoGP sorprendieron en la pista con una estética inspirada en la icónica YZF-R7 de 1999. Los colores rojo y blanco, tan característicos de aquella época, regresaron en una reinterpretación moderna que abarcó no solo las motos, sino también los monos, cascos, guantes y la indumentaria de los miembros del equipo. Todo el conjunto fue cuidadosamente diseñado para rendir tributo al espíritu de competición que ha definido a Yamaha durante siete décadas.



El diseño fue recibido con entusiasmo por los propios pilotos. Fabio Quartararo y Álex Rins destacaron la emoción de portar estos colores en un circuito tan especial, mientras Jack Miller aseguró que “no hay mejor lugar que Assen para lucirlos”, haciendo referencia también al uso de este diseño en las legendarias 8 Horas de Suzuka. La conexión con el pasado no se quedó en lo visual: fue una declaración de identidad, de pertenencia a una historia que ha forjado campeones y momentos inolvidables.

Esta celebración coincidió, además, con la edición número 100 del Gran Premio de los Países Bajos, lo que multiplicó el simbolismo del fin de semana. Yamaha no solo aprovechó la ocasión para recordar sus orígenes —la compañía fue fundada el 1 de julio de 1955, fecha conocida como “Yamaha Day”— sino que también unificó a sus dos escuadras bajo una imagen común, un gesto que refuerza la cohesión de marca en uno de los escenarios más visibles del campeonato.

Más allá del tributo, esta iniciativa también responde a una estrategia clara de conexión emocional con el público. Al revivir una imagen que marcó época, Yamaha apeló directamente a la memoria de los aficionados de larga data, al mismo tiempo que ofreció a las nuevas generaciones un guiño atractivo cargado de historia y carácter. Las redes sociales se inundaron de imágenes del nuevo diseño, y el merchandising relacionado se convirtió rápidamente en objeto de deseo entre coleccionistas y fanáticos.



La acción de Yamaha en Assen demuestra que las grandes marcas no solo se definen por su rendimiento en pista, sino también por su capacidad de contar historias, de celebrar su legado y de emocionar a través de los detalles. En un campeonato tan competitivo como MotoGP, gestos como este refuerzan la conexión entre el equipo y su afición, y convierten un simple fin de semana de carreras en un acontecimiento memorable.

Assen fue testigo de una Yamaha que mira hacia el futuro sin olvidar de dónde viene. Y eso, en una categoría donde todo cambia a gran velocidad, es quizás su mayor victoria del fin de semana.