Por primera vez, el público tendrá acceso a la que es considerada la colección más importante de deportivos McLaren en el mundo: veinte piezas únicas, todas pertenecientes a Mansour Ojjeh, figura clave en la historia moderna de la escudería británica. Esta impresionante selección de superdeportivos no solo comparte una misma marca, sino un mismo origen: cada auto es la última unidad fabricada de su respectivo modelo, muchos de ellos en un color exclusivo que nunca fue ofrecido a ningún otro cliente.
Mansour Ojjeh, antiguo directivo de TAG y accionista del 14.32 % del Grupo McLaren hasta su fallecimiento en 2021, fue mucho más que un coleccionista. Su influencia fue determinante en el desarrollo y consolidación de McLaren como una potencia tanto en la Fórmula 1 como en la industria de superautos. Bajo su supervisión, el equipo logró siete títulos de constructores y diez campeonatos de pilotos, y su visión fue fundamental para el nacimiento de McLaren Automotive y McLaren Applied Technologies.


Durante su extensa relación con la marca, Ojjeh construyó una colección con un concepto muy claro: únicamente adquiriría el último ejemplar producido de cada modelo McLaren, lo cual garantizaba que su unidad incluyera todas las mejoras técnicas introducidas a lo largo del ciclo de producción. Pero más allá de lo técnico, cada coche debía tener un carácter simbólico, como una especie de firma final que cerraba una etapa para la compañía.
Cada uno de estos vehículos, con excepción de un par, está pintado en un tono especial conocido como “Mansour Orange”, inspirado en el color del vino de postre Château d’Yquem. Este color jamás fue ofrecido a otros compradores, siendo una firma visual inequívoca del vínculo entre Ojjeh y la firma británica. A esto se suma otro detalle distintivo: cada unidad lleva una placa personalizada con el nombre “Mansour” inscrito en la tipografía original de McLaren.


La colección comenzó con el modelo más emblemático de la historia de la marca: un McLaren F1 con apenas 1 810 kilómetros recorridos, y que por sí solo podría alcanzar un valor cercano a los 15 millones de euros. Paradójicamente, es el coche con más uso dentro del lote. El resto de los autos, incluyendo un P1 GTR utilizado esporádicamente en circuito y varias unidades nunca estrenadas, han permanecido prácticamente intactos desde su entrega.
Ahora, cuatro años después del fallecimiento de Ojjeh, la colección será puesta a la venta bajo la supervisión del especialista británico Tom Hartley Jr., quien también gestionó la venta de la colección Grand Prix de Bernie Ecclestone. Hartley describió el encargo como una responsabilidad histórica, comparable a vender los Ferrari personales de Enzo Ferrari o los Porsche de Ferdinand Porsche. Para él, se trata de un conjunto que encapsula no solo el legado de un coleccionista, sino también de un visionario que moldeó el ADN de McLaren tal como lo conocemos hoy.


El objetivo es que la colección se venda completa a un solo comprador. No será tarea sencilla: además del McLaren F1, cuyo valor se estima en 15 millones de euros, se encuentran modelos como el P1 (aproximadamente 2.5 millones), el Senna (1.3 millones), el Senna GTR (1.8 millones) y el Speedtail (2.2 millones), entre otros, lo que podría disparar el precio total del lote a cifras estratosféricas.
Este conjunto no es solo una exhibición de lujo, sino un relato curado del espíritu McLaren desde dentro. Cada coche representa una parte de la historia de la marca y del legado de un hombre que, sin buscar los reflectores, fue tan determinante como cualquiera en el éxito de una escudería que hoy es sinónimo de innovación, velocidad y exclusividad. La colección Mansour Ojjeh no es solo un conjunto de autos: es una cápsula de historia, diseño y devoción por la excelencia británica.
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