22/01/2025

La industria del coche eléctrico podría enfrentar una escasez de litio para 2030

La transición hacia una movilidad eléctrica ha incrementado significativamente la demanda de litio, un componente esencial en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos. Se prevé que las ventas mundiales de automóviles eléctricos aumenten de 4,5 millones en 2021 a 28 millones en 2030, lo que multiplicaría por seis la demanda de litio en menos de una década.

A pesar de que las reservas globales de litio son abundantes, el desafío radica en la capacidad de extracción y refinado para satisfacer la creciente demanda. Las minas y plantas de refinado actuales, junto con los proyectos en desarrollo, podrían cubrir solo el 50% del consumo proyectado para 2030. Esta brecha entre oferta y demanda podría obstaculizar la producción de baterías y, por ende, la fabricación de vehículos eléctricos.

La reciente caída en los precios del litio, el níquel y el cobalto, aunque beneficiosa a corto plazo, podría desincentivar las inversiones necesarias en nuevas infraestructuras de extracción y procesamiento. Este entorno de precios bajos podría enmascarar futuros riesgos de suministro, ya que la demanda de metales críticos se duplicará de aquí a 2030, impulsada por la adopción de tecnologías bajas en carbono.

Además, la concentración geográfica de las reservas y la producción de litio en países como Argentina, Bolivia y Chile, y el refinado predominantemente en China, plantea desafíos geopolíticos y de seguridad en las cadenas de suministro. La dependencia de unas pocas naciones para el abastecimiento de este recurso crítico podría generar vulnerabilidades en el mercado global.

Para mitigar estos riesgos, es esencial fomentar inversiones en nuevas minas y tecnologías de extracción, como la extracción directa de litio, que permite acceder a yacimientos antes considerados inaccesibles de manera más eficiente y rentable. Asimismo, diversificar las fuentes de suministro y desarrollar capacidades de refinado en diferentes regiones contribuiría a estabilizar el mercado y asegurar el abastecimiento necesario para la transición hacia una movilidad eléctrica sostenible.

En resumen, aunque las reservas de litio son suficientes para respaldar la electrificación del transporte, la industria enfrenta desafíos significativos en términos de capacidad de producción y seguridad de suministro. Abordar estos obstáculos será crucial para garantizar el éxito de la transición energética y la adopción masiva de vehículos eléctricos en la próxima década.