Neta Auto, la marca de automóviles eléctricos del gigante chino Hozon Auto, ha iniciado un proceso de reestructuración encaminado a sanear sus finanzas tras un período marcado por serias dificultades económicas y operativas. La compañía anunció que ha reanudado el pago de salarios en su planta de Tongxiang y está buscando socios estratégicos para acelerar su recuperación.
Desde su creación de marca en 2019 bajo el respaldo de Hozon Auto, Neta ha experimentado ambiciosos proyectos de expansión internacional. A partir de 2022, se introdujo en los mercados del sudeste asiático, abrió una planta en Tailandia e ingresó al mercado europeo. Como parte de esa estrategia, el Grupo Kaufmann confirmó su llegada a Chile en septiembre del año pasado con tres modelos: Aya, X y GT. Sin embargo, esas proyecciones se estancaron rápidamente debido a problemas de liquidez que derivaron en salarios impagos y despidos masivos, reduciendo drásticamente su plantilla laboral.
Actualmente, la marca ha recibido interés de 47 potenciales inversores que desean participar en el proceso de reestructuración, siempre que presenten un depósito equivalente a 6.9 millones de dólares antes del próximo 15 de septiembre.
Neta Auto ha enfrentado una fuerte caída en sus ventas, que pasaron de 152,000 unidades en 2022 a apenas 64,549 en 2024. La producción se vio seriamente afectada cuando proveedores clave, incluido el gigante de baterías CATL, suspendieron sus entregas debido a deudas impagas que superaban los 833 millones de dólares. Las pérdidas acumuladas alcanzaron los 2,500 millones de dólares.
Con este nuevo rumbo, la empresa busca no solo estabilizar sus operaciones, sino también recuperar su presencia en el mercado de vehículos eléctricos, apuntando hacia una recuperación integral y sostenible.
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